Algunos seropositivos, en cambio, han encontrado en su propia enfermedad una puerta de esperanza y de amor, al contraer matrimonio con otro enfermo. En total, en menos de dos años, 94 parejas con sus dos miembros seropositivos se han casado en el estado de Bauchi. Todos ellos parecen tener experiencias positivas a este respecto.
"Nunca pensé que llegaría este día, porque como tengo sida... pero ahora estoy muy feliz", asegura Idris, de 32 años, que conoció a su actual marido en la cola para recibir la medicación. Bala Garba, de 40 y que acaba de tener su primer hijo con su pareja, asegura que "nuestro matrimonio hará nuestras vidas más fáciles y nos ayudará a mantener en secreto nuestra enfermedad. En nuestro entorno es normal estar casado. Si llevas una vida de pareja normal evitas que la gente piense cosas raras".
La responsable de este alto índice de matrimonios entre seropositivos es la Agencia para el Control del sida de Bauchi, que cuando se percata de que una pareja de enfermos empieza una relación, la intenta apoyar. Por ejemplo, aporta 225 dólares para que la pareja se pueda establecer. Tal está siendo el éxito, que incluso se ha planteado un plan para conectar a personas infectadas. Con ello, esta Agencia considera que podría evitar que los infectados propaguen aún más este mal, en un país donde la poligamia es práctica habitual y el uso del preservativo no lo es tanto. Críticas a estas uniones
Las primeras voces críticas ya han cuestionado estas medidas porque aseguran que estos matrimonios provocarán un aumento de niños huérfanos, en un país en el que hay 1,2 millones de niños sin padre, según la ONU. Además, otros expertos ven peligroso que dos cepas diferentes del virus entren en contacto.
Desde la Agencia de Bauchi aseguran que "no se puede dar por sentado que alguien con el VIH vaya a morir antes que los demás. Especialmente si se cuidan, reciben buena asesoría y la medicina adecuada".
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