Un total de 1,8 millones de dólares. Ésa ha sido la cifra en que cayó el martillo en la polémica subasta este jueves en Nueva York de unos objetos de Mahatma Gandhi, entre los que se encontraban las populares gafas del líder pacifista. Junto a ellas se subastaron unas sandalias, un reloj de bolsillo, un cuenco y un plato pertenecientes al pensador indio, un lote que había sido estimado inicialmente entre 20.000 y 30.000 dólares.
La puja por dichos enseres personales, que constituían prácticamente todas las posesiones del padre de la nación india, ha suscitado fuertes críticas en su país, donde eran considerados como patrimonio nacional. Esta misma semana el Gobierno de India intentó frenar la subasta, enviando a la empresa encargada de ella un requerimiento judicial para paralizarla. Ya en 1996, un tribunal dictó una orden similar con la que logró detener la subasta de unos manuscritos de Gandhi en Londres.
"Estos objetos pertenecen a una colección privada y, si no salieran a subasta, permanecerían escondidos para el resto del mundo", asegura por su parte Julian Schaerer, director de la casa de subastas Antiquorum en Nueva York. Para Schaerer, esta constituía "una buena oportunidad para que alguien adquiriera estos objetos y los cediera a un museo o al pueblo de India".
Hasta el momento, las pertenencias de Gandhi se encontraban en manos de un coleccionista privado estadounidense, James Otis, quien dio a la firma los derechos para venderlas al mejor postor y que se ha comprometido a emplear los beneficios para financiar programas contra la violencia.
"He coleccionado artículos de Gandhi desde hace años a través de subastas o compras a particulares para realizar exposiciones. Mi intención nunca fue comercial pero he decidido venderlos para tratar de transmitir su mensaje", explicó Otis.
Pero las gafas del líder pacifista no han sido los únicos objetos destacados de la subasta desarrollada en Manhattan, en la que también se ha pujado por un reloj de oro propiedad de John F. Kennedy , y que su viuda, Jacqueline, regaló después al multimillonario griego Aristóteles Onassis , valorado entre 150.000 y 200.000 dólares.
La puja por dichos enseres personales, que constituían prácticamente todas las posesiones del padre de la nación india, ha suscitado fuertes críticas en su país, donde eran considerados como patrimonio nacional. Esta misma semana el Gobierno de India intentó frenar la subasta, enviando a la empresa encargada de ella un requerimiento judicial para paralizarla. Ya en 1996, un tribunal dictó una orden similar con la que logró detener la subasta de unos manuscritos de Gandhi en Londres.
"Estos objetos pertenecen a una colección privada y, si no salieran a subasta, permanecerían escondidos para el resto del mundo", asegura por su parte Julian Schaerer, director de la casa de subastas Antiquorum en Nueva York. Para Schaerer, esta constituía "una buena oportunidad para que alguien adquiriera estos objetos y los cediera a un museo o al pueblo de India".
Hasta el momento, las pertenencias de Gandhi se encontraban en manos de un coleccionista privado estadounidense, James Otis, quien dio a la firma los derechos para venderlas al mejor postor y que se ha comprometido a emplear los beneficios para financiar programas contra la violencia.
"He coleccionado artículos de Gandhi desde hace años a través de subastas o compras a particulares para realizar exposiciones. Mi intención nunca fue comercial pero he decidido venderlos para tratar de transmitir su mensaje", explicó Otis.
Pero las gafas del líder pacifista no han sido los únicos objetos destacados de la subasta desarrollada en Manhattan, en la que también se ha pujado por un reloj de oro propiedad de John F. Kennedy , y que su viuda, Jacqueline, regaló después al multimillonario griego Aristóteles Onassis , valorado entre 150.000 y 200.000 dólares.
0 comentarios:
Publicar un comentario