Los meteorólogos chinos probaron por primera vez la diatomita, un mineral con gran poder de absorción, para eliminar parte del vapor de las nubes y conseguir con ello asegurar que no lloviera el pasado 8 de agosto, en las celebraciones de un año para la cuenta atrás.
Para los ensayos se usaron tres aviones en los que volaban 30 técnicos al norte de Pekín, en la zona de Mongolia Interior, y que esparcieron 2.800 kilos del mineral.
Dentro de un año, en las ceremonias de apertura y clausura, podría llevarse a cabo la misma operación si las previsiones meteorológicas anunciaran lluvia, algo frecuente en el mes de agosto pequinés.
Pekín asegura que ya puede provocar lluvia artificial en un tercio de su territorio, una técnica que según los grupos ecologistas no es peligrosa ni contaminante pero hace que las autoridades olviden afrontar los problemas medioambientales de China.
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