Intentando calmar las aguas y en respuesta a la airada reacción del gobierno de Chile, el presidente Alan García aseguró ayer que la publicación de la cartografía marítima del Perú, que busca recuperar los 35 mil metros cuadrados de frontera que nos pertenece, no debe conducir a “enemistades, exageración de posiciones o falsos patrioterismos”.
Manifestó que este asunto “jurídico”, que será sometido a la Corte Internacional de La Haya, “debe ser puesto en el nivel que tiene (el diplomático), para que continúe una buena relación” entre ambos países.
Aclaró que la presentación del mapa se hizo cumpliendo la Ley de Dominio Marítimo del 2005, que plantea la necesidad de la existencia de una cartografía que fije los limítes con el país del sur, aunque los mapochos no estén de acuerdo.
“Buscamos una solución de equidad. Lo hacemos en cumplimiento de la ley y de afirmar los derechos soberanos del Perú, a interpretar desde nuestra perspectiva cuál debe ser una frontera equitativa y justa que nos permita a ambos países disfrutar las riquezas del mar”, enfatizó.
Por ello, también recordó a los peruanos que es importante defender nuestros derechos, pero sin caer en propuestas “belicitas y hostiles” que buscan la guerra cuando en este tiempo “no tiene ningún sentido”.
Manifestó que este asunto “jurídico”, que será sometido a la Corte Internacional de La Haya, “debe ser puesto en el nivel que tiene (el diplomático), para que continúe una buena relación” entre ambos países.
Aclaró que la presentación del mapa se hizo cumpliendo la Ley de Dominio Marítimo del 2005, que plantea la necesidad de la existencia de una cartografía que fije los limítes con el país del sur, aunque los mapochos no estén de acuerdo.
“Buscamos una solución de equidad. Lo hacemos en cumplimiento de la ley y de afirmar los derechos soberanos del Perú, a interpretar desde nuestra perspectiva cuál debe ser una frontera equitativa y justa que nos permita a ambos países disfrutar las riquezas del mar”, enfatizó.
Por ello, también recordó a los peruanos que es importante defender nuestros derechos, pero sin caer en propuestas “belicitas y hostiles” que buscan la guerra cuando en este tiempo “no tiene ningún sentido”.
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