El terremoto del pasado miércoles ha causado heridas irreparables en miles de personas, pero si hay un caso especialmente triste es el de la familia Espino, que ha perdido a decenas de sus miembros, desaparecidos cuando conmemoraban un mes del fallecimiento de un familiar.
Entre 70 y 80 parientes estaban en la iglesia de Pisco cuando ésta se vino abajo. Una semana después del terrible desenlace, hermanos, esposos, tíos, primos, cuñados y abuelos han sido enterrados juntos en el Cementerio de Villa en Pisco, la ciudad más afectada por el seísmo.
Uno de los parientes que sobrevivió a la tragedia, Moisés Guillén ha explicado por ejemplo que ha perdido a su madre, a su hermana y a dos de sus hijos.
Del numeroso grupo de sus familiares "fallecieron unos 50". La desgracia golpeó a tres generaciones de esta familia, ya que el mayor de sus fallecidos tenía 69 años y el menor 3.
0 comentarios:
Publicar un comentario