Madrid- Algunos de los errores médicos más sonados se producen cuando los cirujanos amputan la pierna sana o extirpan el riñón que funcionaba bien, simplemente porque se habían confundido de lado. Esto es lo que le pasó a una ginecóloga del Hospital San Paolo de Milán cuando inyectaron una solución letal en el pequeño corazón de un feto sano creyendo que era su hermano gemelo, con graves deficiencias genéticas.
La madre, de 40 años, estaba en el tercer mes de gestación cuando le dieron la mala noticia: estaba embarazada de gemelos, pero uno de los dos fetos presentaba «inequívocos síntomas de malformaciones cromosomáticas», aunque, de momento, ambos eran morfológicamente idénticos, según informaba en su edición de ayer el periódico «Corriere della sera». Esto resultaría, a la postre, fatal para ellos.
Garantizar la salud del otro
Tras meditarlo, la mujer decidió someterse a un aborto o reducción terapéutica selectiva, en la que los médicos identifican el embrión o embriones defectuosos en embarazos múltiples para provocarle una parada cardiaca que detenga su desarrollo y garantice un crecimiento exitoso de los demás fetos.
El problema, en este caso, es que las ecografías no permitían distinguir uno del otro, por su grado de desarrollo similar, así que tuvieron que diagnosticar por posición. El de la derecha era el que «sobraba», y el de la izquierda, el que «valía».
Según explica José Zamarriego, de la Sociedad Española de Ginecología, en los gemelos bivitelinos, «es una intervención sencilla cuando se realiza en un estadio temprano de la gestación, consistente en inyectar una solución de diferentes sustancias». Si el embarazo es univitelino, «se hace a través de ecografía». En ambos casos, el embrión no se extrae para no poner en peligro a los sanos, sino se mantiene en el útero hasta que se produce el alumbramiento. «Si el embrión es muy temprano, se reabsorbe y desaparece -explica Zamarriego-; si ha desarrollado ya el esqueleto, entonces se momifica y se expulsa en el parto».
En el caso de la mujer italiana, cuya identidad no ha trascendido, un error de última hora desembocó en que perdiera los dos fetos. Justo antes de la operación, los gemelos intercambiaron las posiciones en el útero materno, de forma que el sano pasó a ocupar el lugar del enfermo, a la derecha del vientre de la paciente.
Los responsables del hospital han lamentado el «fatídico error» y han anunciado una investigación interna, mientras que la mujer se plantea presentar una demanda contra la ginecóloga que dirigió la intervención, una reconocida médico que ha trabajado con uno de los más famosos ginecólogos abortistas de Italia.
La madre, de 40 años, estaba en el tercer mes de gestación cuando le dieron la mala noticia: estaba embarazada de gemelos, pero uno de los dos fetos presentaba «inequívocos síntomas de malformaciones cromosomáticas», aunque, de momento, ambos eran morfológicamente idénticos, según informaba en su edición de ayer el periódico «Corriere della sera». Esto resultaría, a la postre, fatal para ellos.
Garantizar la salud del otro
Tras meditarlo, la mujer decidió someterse a un aborto o reducción terapéutica selectiva, en la que los médicos identifican el embrión o embriones defectuosos en embarazos múltiples para provocarle una parada cardiaca que detenga su desarrollo y garantice un crecimiento exitoso de los demás fetos.
El problema, en este caso, es que las ecografías no permitían distinguir uno del otro, por su grado de desarrollo similar, así que tuvieron que diagnosticar por posición. El de la derecha era el que «sobraba», y el de la izquierda, el que «valía».
Según explica José Zamarriego, de la Sociedad Española de Ginecología, en los gemelos bivitelinos, «es una intervención sencilla cuando se realiza en un estadio temprano de la gestación, consistente en inyectar una solución de diferentes sustancias». Si el embarazo es univitelino, «se hace a través de ecografía». En ambos casos, el embrión no se extrae para no poner en peligro a los sanos, sino se mantiene en el útero hasta que se produce el alumbramiento. «Si el embrión es muy temprano, se reabsorbe y desaparece -explica Zamarriego-; si ha desarrollado ya el esqueleto, entonces se momifica y se expulsa en el parto».
En el caso de la mujer italiana, cuya identidad no ha trascendido, un error de última hora desembocó en que perdiera los dos fetos. Justo antes de la operación, los gemelos intercambiaron las posiciones en el útero materno, de forma que el sano pasó a ocupar el lugar del enfermo, a la derecha del vientre de la paciente.
Los responsables del hospital han lamentado el «fatídico error» y han anunciado una investigación interna, mientras que la mujer se plantea presentar una demanda contra la ginecóloga que dirigió la intervención, una reconocida médico que ha trabajado con uno de los más famosos ginecólogos abortistas de Italia.
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