Velas, ropa blanca, impermeables y una fuerte emotividad fueron los principales ingredientes de la manifestación con la que este sábado decenas de miles de personas ocuparon el centro de Ciudad de México para mostrar su indignación por la ola de violencia que azota al país.
Tres horas duró la marcha, bautizada como "Iluminemos México", y que estuvo plagada de cuestionamientos a la labor de las autoridades contra el crimen organizado, responsable este año del asesinato de unas 3.000 personas.
Tras un fuerte aguacero, comenzó el recorrido por el Paseo de la Reforma, desde el emblemático monumento al Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, una de las plazas más grandes del mundo con una superficie de 20.000 metros cuadrados.
Entre los participantes familias enteras, con abuelos y niños en cochecitos. Agitaron banderas mexicanas y pancartas con el lema "Ya basta", mientras gritaban consignas como "Queremos paz y seguridad" o "México unido jamás será vencido".
"Hoy se ve más gente que hace cuatro años", afirmó a Efe el trabajador de la Cruz Roja Alfredo Flores, en alusión a una marcha similar realizada en 2004 por el mismo motivo y que congregó a cerca de un cuarto de millón de personas.
A pocos metros, el director editorial del diario "El Universal", Raymundo Riva Palacio, que asistió al acto como observador, coincidió en que parecía haber más manifestantes que en la protesta precedente, pero hizo hincapié sobre todo en que la gente estaba "más enojada".
"Es muy frustrante, es la tercera marcha en once años (1997, 2004 y 2008) y las demandas son las mismas", se lamentó, antes de acusar a las autoridades de "cínicas" por apoyar esta "medida de condena" cuando, en su opinión, ellas son en realidad el objeto del repudio.
Tres horas duró la marcha, bautizada como "Iluminemos México", y que estuvo plagada de cuestionamientos a la labor de las autoridades contra el crimen organizado, responsable este año del asesinato de unas 3.000 personas.
Tras un fuerte aguacero, comenzó el recorrido por el Paseo de la Reforma, desde el emblemático monumento al Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, una de las plazas más grandes del mundo con una superficie de 20.000 metros cuadrados.
Entre los participantes familias enteras, con abuelos y niños en cochecitos. Agitaron banderas mexicanas y pancartas con el lema "Ya basta", mientras gritaban consignas como "Queremos paz y seguridad" o "México unido jamás será vencido".
"Hoy se ve más gente que hace cuatro años", afirmó a Efe el trabajador de la Cruz Roja Alfredo Flores, en alusión a una marcha similar realizada en 2004 por el mismo motivo y que congregó a cerca de un cuarto de millón de personas.
A pocos metros, el director editorial del diario "El Universal", Raymundo Riva Palacio, que asistió al acto como observador, coincidió en que parecía haber más manifestantes que en la protesta precedente, pero hizo hincapié sobre todo en que la gente estaba "más enojada".
"Es muy frustrante, es la tercera marcha en once años (1997, 2004 y 2008) y las demandas son las mismas", se lamentó, antes de acusar a las autoridades de "cínicas" por apoyar esta "medida de condena" cuando, en su opinión, ellas son en realidad el objeto del repudio.
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