Hasta ahora, la supernova más reciente que tenían identificada databa de 1680, según los estudios sobre la expansión de los restos de Casiopea A.
El descubrimiento, que se ha estado investigando desde 1985, ayudará a determinar con mayor exactitud la frecuencia con la que las supernovas explotan en la Galaxia.
La supernova descubierta, indicaron los científicos, no había sido vista en estos 140 años porque explotó cerca del centro de la Galaxia y quedó incrustada en un denso campo de gas y polvo.
Esto la hacía tres millones de veces más imperceptible que si hubiera estado en la oscuridad, pero gracias a los nuevos sistemas de rayos X y a las ondas de radio que se utilizan consiguieron penetrar en ella fácilmente.
Explosión estelar
Este descubrimiento ha sido posible gracias al Telescopio Chandra de la NASA y el Observatorio Nacional de Radio Astronomía (NRAO, por sus siglas en inglés). Los astrónomos calculan que cada siglo unas tres supernovas pueden explotar en la Vía Láctea, aunque esas previsiones tienen un amplio margen de error.
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