“Estoy indignado, se burlan de mi dolor, de mi familia. Viene hasta acá y su madre le silva porque se cansó y le dice: “no vayas” y la joven acata”, dijo mortificado don Ciro Castillo Rojo, padre de Ciro, quien tenía la esperanza de aclarar ayer, en la reconstrucción de la ruta que siguió su hijo en el Colca, su misteriosa desaparición.
“De un momento a otro llamó a sus padres, abogado y punto. El fiscal Jean Frank Zegarra no la ha apercibido. Continuamos la diligencia sin ella, quien puso de manifiesto que no conocía el lugar. Se está burlando de la opinión pública, de nosotros y ese comportamiento debe ser tomado en cuenta por el Ministerio Público”, indicó.
Además, dijo que “la madre (de Rosario) no tenía por qué participar en este recorrido. No sé por qué son tan complacientes con ella. Vamos a pedirle que se hagan las diligencias y que no se tenga privilegios para nadie”.
“En ningún momento hemos visto que el abogado (Miguel Cabrera) no pueda continuar el camino. Él se encontraba perfectamente, no había ningún problema de salud”, acotó.
Don Ciro no podía esconder su malestar: “Había un médico, había todo. Simplemente, no ha querido continuar y se ha burlado de la diligencia. Se sentía acorralada con las preguntas que el fiscal le hacía, no sabía cómo sostener sus mentiras y lo único que le quedó fue asumir esa actitud”.
Consultado si habló con Rosario durante la diligencia, respondió: “Sí, yo me dirigí a ella y cada vez que decía algo invocaba al fiscal para que lo apunte. Ella señaló que se perdió en un tramo que recorrimos hoy, pero de inmediato se corrigió e inclusive tuvo la desfachatez de decirme que no la llame mentirosa a pesar de que había mentido en ese momento. Me dijo: “Señor, basta de decirme mentirosa”. Le respondí que la iba a dejar de llamar mentirosa el día que no lo haga”. “Se sintió acorralada y lo único que le quedaba era tratar de fugar, huir, que es lo que finalmente hizo”, añadió don Ciro.
La diligencia, que seguirá sin Rosario Ponce, podría durar como mínimo cuatro días. El padre de Ciro no pierde las esperanzas de hallar algún indicio que lo conduzca al paradero del joven.
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